Un modelo mental que ilustra cómo las acciones pequeñas y consistentes se suman con el tiempo, lo que lleva a mejoras significativas en el rendimiento, la eficiencia y la producción.
El efecto agravante de las rutinas diarias enfatiza que a menudo son las pequeñas cosas que hacemos todos los días las que conducen a los mayores éxitos en la vida. Por ejemplo, un atleta no logra el éxito de la noche a la mañana, sino mediante un entrenamiento constante y el cumplimiento de una rutina diaria estricta. Con el tiempo, estas prácticas diarias aparentemente pequeñas se acumulan y se acumulan para generar ganancias sustanciales. La coherencia es clave en este modelo mental: la regularidad de la acción aumenta con el tiempo y produce mejoras generales significativas.
Somos lo que hacemos repetidamente. La excelencia, entonces, no es un acto, sino un hábito. - Aristóteles
