Este modelo mental ve a un equipo deportivo como un sistema de partes interconectadas, incluidos los jugadores, los entrenadores, las estrategias y el entorno físico.
Aplicar el pensamiento sistémico al deporte significa considerar al equipo como un sistema interconectado. Cada componente de este sistema (jugadores, entrenadores, estrategias, oponentes, circunstancias del juego) puede afectar al rendimiento de todo el sistema. Pensemos, por ejemplo, en un equipo de fútbol: la ofensiva y la defensa no pueden funcionar de forma independiente, sino que tienen que trabajar en armonía, adaptándose a los cambios de estrategia o táctica del oponente. Del mismo modo, el entrenador y su enfoque de entrenamiento pueden influir en el desarrollo del jugador y en la dinámica del equipo, y cambiar el rendimiento del sistema.
Un sistema es una red de componentes interdependientes que trabajan juntos para tratar de lograr el objetivo del sistema. Un sistema debe tener un objetivo. Sin un objetivo, no hay sistema - W. Edwards Deming
